Comprar a granel es
una actitud ecológica y, si se hace bien, económica. Es una actitud ecológica
porque se reducen los residuos generados por los embalajes, y por el transporte
puesto que en gran medida y en lo posible son productos de cercanía. Por lo
cual también promueven la creación de empleo y el crecimiento de las empresas
de la zona. Se gana tanto en la calidad del producto como en la variedad. La
compra es más flexible porque tanto se pueden comprar grandes cantidades de
alimentos no perecederos como pequeñas porciones para probar nuevos productos o
para recetas especiales. Al ser una alimentación más variada y al no necesitar
conservantes ni otros productos químicos también es más sano.
Se gana en la
calidad de la atención puesto que es personalizada y cercana.
Y además es vía de
ahorro de todo, de dinero, de energía, de tiempo… Si se hace de forma
inteligente, se sale ganando porque el producto es una calidad mucho mayor y la
relación calidad – precio es muy buena. Y aunque la inversión de tiempo puede
parecer mayor, no hay las colas que en centros comerciales, la necesidad de
desplazarse a polígonos industriales, ni el estrés de buscar entre las miles de
estanterías el producto de siempre que lo han cambiado de sitio.
Y bueno, una sesión de fotillos para ver como van las cosas:
Sergio pintando las letras del rótulo
Preparando para customizar los botes
Lola con cara de "fotos no, fotos no"
Cartelillos ya preparados
Qué bonicas han quedao las cajas
Sandra peleándose con la pintura de la puerta
Ya han llegao del pueblo los sacos que nos ha hecho el tío Vicente
Currazo que se esta metiendo Cris con los cartelines
Y sigue... toda concentrada
Retro iluminando las letras corpóreas del rótulo
Limpia que te limpia
Que chulo queda el rótulo
Ya está, ya somos visibles al exterior
uy que bonico se ve de noche
Bueno, en la próxima entrada habrán más sorpresas y detalles.
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